El Surgimiento de la Modernidad
El comienzo de la industrialización esta enmarcada en un contexto de necesidades de producción más eficaces, de alimentar a una población que se encuentra en crecimiento, de un capital deseoso de invertir, y los nuevos, pero no todos, descubrimientos en la química, en el cultivo y maquinarias. Que si bien eran rudimentarias, cumplían con los objetivos de una mayor productividad.
Para que se pudiera cumplir y desarrollar la industrialización en Europa fue necesario implementar de manera gradual pero efectiva nuevas normas que fueron introduciéndose por medio de estructuras creadas para tal fin. La educación cumplió un papel esencial en este proceso.
Como bien dice Paula Sibilia en el Hombre Posorgánico se trata de “desentrañar las articulaciones en la formación socioeconómica y política en cuyo seno se desarrollan”.
En este sentido entender como se normalización de los hombres, por medio de las instituciones escolares, nos permite comprender; los hábitos, la manera de pensar y la visión del mundo que tenemos los seres humanos actualmente.
Será Michel Foucault quien nos ilustrará sobre los mecanismos de normalización. No olvidemos que el inicio de la educación estuvo asociada a la iglesia católica, (ver concilio de Trento), y el protestantismo con Lutero a la cabeza.
Nadie quiere perder la oportunidad de conquistar almas y ganar la dura batalla de la salvación. En ella el arma más brillante es el catecismo. Símbolo de la colonización de los pobres y formula magistral de la enseñanza basada en la sumisión.
Una vez sometidos los hombres a las normas, fue posible el despliegue del capitalismo en todos los ámbitos de la sociedad. Una sociedad disciplinada, pudo hacer posible semejante desarrollo y aniquilamiento de la naturaleza y de los hombres.
El desarrollo del sistema capitalista supuso una sociedad totalmente disciplinada y sometida por medio de la escolarización programada y sistemática.
Será el paso de la sociedad disciplinada a la sociedad de control la que nos describe objetivamente Gillez Deleuze unos de alguna forma el heredero del pensamiento foucultiano quien a través del concepto de sociedad de control nos describe este nuevo tipo de sociedad en la cual vivimos. Para Deleuze Foucault es el único filósofo del siglo XX, en el auténtico sentido del término, que pensó las claves intelectuales del siglo XIX para dar cuenta de una forma de vivir absolutamente propias del mundo contemporáneo. las ciencias sociales se han desarrollado como un aparato más del poder. Como una especialización en el ejercicio del dominio.
La Razón Idealizada
El desarrollo y surgimiento de la racionalidad científica en el siglo XVII hizo posible que en el siglo XVIII el surgimiento de la filosofía de la Ilustración. Los logros de la razón dieron esperanzas a la sociedad de que se encontraban en un nuevo principio. La razón nos conduciría al progreso y como consecuencia de ello, resultaría en un bienestar social general. Creando seres libres y felices.
Para que fuera posible esta nueva sociedad fue necesario un nuevo hombre, creado a partir del surgimiento de nuevas instituciones.
Entendemos por “instituciones” en el sentido foucaultiano, es decir, “como instancias de orden, en términos de estructuras semi-jurídicas, vinculadas al poder real, que al lado de los poderes constituidos, juzgan, deciden y ejecutan”. (Foucault, 1986:328)
Las escuelas, las cárceles, los cuarteles, los hospitales, etc. Fueron el sostén desde el cual fue posible el nuevo hombre. Este es el contexto en el que surge y se desarrolla la modernidad.
En este sentido para Michel Foucault un rasgo característico de la modernidad, será la unión entre saber y poder, es decir que la verdad no está fuera del poder. Será esta unión que constituirán las ciencias humanas, a través de un saber que observa y vigila, del control por medio de los exámenes, la normalización de los individuos. Por ello para Foucault no es posible seguir manteniendo los objetos intelectuales como objetos naturales. De los que solo cambiarían las modalidades históricas de existencia.
Por ello el estado, la medicina, la enfermedad, no son categorías pensadas en el modo universal, sino que es particularizado su contenido de acuerdo a la época.
Advierte Foucault que detrás de cada palabra, debemos reconocer no los objetos a lo que hace referencia, sino las objetivaciones que construyen una figura original.
Así los individuos son controlados no sólo por los poderes judiciales sino también por poderes laterales.
Esta vigilancia y control se da de forma absolutamente encubierta, sin la necesaria mirada humana, para ello es el panóptico como presencia o la posibilidad de que pueda existir esa presencia
vigilante y controladora la que remplaza la mirada humana.
Esta idea representada por el panóptico consiste en una vigilancia constante, pero que no está representada por ninguna figura humana, sino que se identifica con la condición humana misma.
Y esta idea foucoultiana es de plena actualidad. Que a medida que se desarrollan las ciencias, dará lugar a una múltiple forma de observación y vigilancia.
Ahora bien; una de las instituciones más emblemáticas de dominación es la educación.
Según Raimundo
Cuesta “Los planos guía de la escuela de la modernidad se empiezan a levantar en el siglo XVI y se van completando en el transcurso del Antiguo Régimen, más expresivamente, en general, en el mundo protestante pero también en el católico. En ambos la escuela se asemeja a una tabla de salvación obligatoria ofrecida por la Iglesia, con el beneplácito del Estado, al servicio de una infancia arrancada de la familia y de la vida social ordinaria, congregada y distribuida ahora en un nuevo artificio institucional, espacio físico y orden temporal que fabrica el ethos del individuo moderno.
En la interrelación entre el poder pastoral de la Iglesia, el poder político del Estado-nación y las nuevas subjetividades que se inculcan desde la infancia, se encuentra la clave del desarrollo de la escuela de la modernidad”.
Y fue y es actualmente la escuela, la universidad, etc. una de las estructuras fundamentales de imposición y adiestramiento, encargada de disciplinar el comportamiento y pensamiento humano.
Nuevamente Raimundo Cuesta; “La combinación del monopolio de la violencia física por el Estado y de la violencia psíquica por la Iglesia, hace que durante la Edad Moderna los papeles se repartan y la escuela, plataforma donde las haya de ejercicio del sometimiento por métodos psicológicos y simbólicos, sea territorio de evangelización y de preparación de los pobres para la adquisición, valga el término de A. Querrien, de la libido trabajante, de suma utilidad para el naciente capitalismo.
La propia Iglesia, se diría, es como una memoria fósil de lo que fue el sistema escolar en sus orígenes y de su tinte fuertemente religioso. Las huellas de esa larga presencia permanecerán imborrables hasta hoy cuando en la mayoría de los países capitalistas la escuela, al fin liberada de la prometida salvación eclesiástica, caiga en manos de su nuevo señor el Estado, patrón y administrador, en las sociedades disciplinarias del capitalismo, de las renovadas fórmulas magistrales de violencia simbólica”.
La obligatoriedad escolar, el trabajo, la prisión son parte del fenómeno de la modernidad y del capitalismo. Estas estructuras fueron mutando hacia un saber-poder disperso en una multitud de relaciones de imposición.
Será en esta mutación del capitalismo que Foucault pone la mirada. La cual no es otra cosa que la introducción de la vida en la historia, que significará para nuestro filósofo una nueva Ontología que parte del cuerpo y de sus potencias para pensar el sujeto político
como un sujeto ético.
Esta nueva Ontología surge a partir de la introducción de la vida en la historia hace posible pensar la libertad del sujeto en su propia constitución y la relación con los otros.
Esta metafísica será posible a partir de lo que Foucault llamó Biopolitica, es decir la introducción de la zoé en la esfera de la polis, es el acontecimiento decisivo de la modernidad. Que marcará una nueva categorización en la política y el distanciamiento del pensamiento clásico.
La biopolítica es la coordinación estratégica de estas relaciones de poder dirigidas a que los vivientes produzcan más. La biopolítica es una relación estratégica.
La cual mutara desde una relación de soberanía, por una sociedad de disciplina, para terminar en una sociedad de gobierno. Esta nueva forma de dominio y control es posible por la interrelación entre el saber y el poder.
A partir de los años 60 Foucault piensa que la irrupción del poder en términos de batalla y guerras. Y las relaciones que resultan de estos conceptos dan lugar a la libertad individual, la que consiste o puede ser entendida como el poder de arrebatársela a otros.
El poder, en la actualidad no es una relación unilateral, totalitaria, sino una integración de relaciones entre una multiplicidad de fuerzas.
Esta integración de fuerzas se dio gracias al paso del modelo de la guerra al de gobierno, que fue posible gracias a la “libertad”. Entendida como la “acción de los sujetos libres sobre ellos mismo y sobre los otros”.
Para poder entender mejor a Foucault será necesaria aclarar que lo importante en estos tiempos en la relaciones de poder y no el poder. Y lo novedoso y actual es que las relaciones de poder son posibles y pueden ejercerse sólo en el interior de los sujetos, en tanto relación amorosa, relación profesor-alumno, marido-mujer, etc.
Esta relación se despliega en todas las formas de relaciones, fundamentada en la voluntad de “conducir los comportamientos de los otros”.
El poder es definido como la capacidad de estructurar el campo de acción del otro, de intervenir en el dominio de sus acciones posibles.
Tras las lecturas criticas de la cultura y la sociedad, surgen preguntas pertinentes en relación al surgimiento y posicionamiento de las nuevas tecnologías.
¿Qué queremos decir cuando hablamos de libertad?
¿Qué significa “estamos comunicados”?
¿Qué intención subyace tras las aparente democratización de las TIC y su entorno tecnológico?
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